Introducción

En Chile, pese a la reconocida importancia de la mastitis bovina, no se han efectuado de manera sistemática estudios que permitan determinar con exactitud la magnitud del problema a nivel nacional o regional, lo cual haría posible evaluar la evolución de la prevalencia y los progresos alcanzados en el control de la enfermedad. Se dispone, en cambio, de valores de frecuencia de mastitis obtenidos en investigaciones realizadas en algunas localidades del país, las cuales se concentran en la década del 70. Parte de ellas no corresponde a estudios de prevalencia propiamente tales e informan cifras de morbilidad en forma adicional a otros resultados que constituyen su objetivo principal, lo que se relaciona con un bajo número de rebaños y animales examinados (Caballero y col., 1970; Agüero y col., 1972; Zurita y col., 1972; Marín, 1975; Mena, 1975; Zamorano, 1975; Gallo, 1977; Pedraza y col., 1977; Tapia, 1979).

No obstante lo anterior, la mayoría de estos trabajos coincide en entregar cifras que sugieren una prevalencia elevada de mastitis, predominantemente del tipo subclínico, situación que refleja un pobre nivel de control de la enfermedad. La prevalencia por vacas fluctúa entre 59,51% (Tapia, 1979) y 89,58% (Marín, 1975), registrándose entre un 39,51 % (Tapia, 1979) y 68,25% de cuartos comprometidos por la enfermedad (Marín, 1975). Estos valores son consistentes con las estimaciones de Von Baer y Vial (1976), según los cuales alrededor de un 50% de los cuartos y 70% de las vacas de lechería del país se encontrarían afectados por algún grado de mastitis. En años posteriores se han difundido en el país algunas acciones específicas de control, como la desinfección post ordeña de los pezones y la terapia de secado, por lo que cabría esperar una reducción en los niveles de presentación de la enfermedad. Sin embargo, de acuerdo a antecedentes obtenidos en la zona centro sur y sur del país, la prevalencia continuaría siendo alta, con valores que oscilan entre el 66,90 a 87,04% de las vacas y 42,20 a 60,80% de los cuartos (Rigo-Righi, 1981; Meersohn, 1982; Oyarzún, 1988).

La única estimación de prevalencia de mastitis para la Región Metropolitana fue realizada hace aproximadamente 20 años por Zurita y col. (1972), quienes determinaron que un 74,41 % de los animales y un 48,81 % de los cuartos se hallaban comprometidos por algún grado de mastitis, a través de un estudio que incluyó un total de 1.528 vacas distribuidas en 22 predios. Con posterioridad a dicho trabajo, puede citarse una investigación de Pedraza y col. (1977) orientada a evaluar el efecto de la mastitis subclínica sobre la calidad láctea, donde se encontró un 84,20% de vacas y 61,76% de cuartos afectados por la enfermedad en 6 lecherías de la zona. En atención a lo expuesto, este estudio intenta aportar valores actualizados para la prevalencia de mastitis del bovino lechero en la Región Metropolitana y analizar su evolución basado en la comparación con los antecedentes históricos de prevalencia, considerando como trabajo de referencia la investigación efectuada en la misma área geográfica por Zurita y col. (1972).

Materiales y métodos

El estudio se realizó en la Región Metropolitana, durante el segundo semestre de 1989 y el primer semestre de 1990. Se utilizaron los registros de proveedores de Soprole S.A., cuyo listado ordenado por producción mensual facilitó el muestreo de 30 predios al azar con un intervalo de 5, según el modelo por conglomerado aleatorio (Cepanzo, 1979). De los predios sorteados, 8 empleaban ordeña manual y los 22 restantes ordeña mecánica. Estos últimos se estratificaron según el tamaño de rebaño, mediante el método de Afijación Proporcional, en tres categorías integradas respectivamente por 2, 10 y 10 predios: estrato Bajo (< 75 vacas), Medio (75-250 vacas) y Alto (> 250 vacas).

Se examinaron todas las vacas en ordeña, excluyendo aquellas con menos de 15 días de lactancia y más de 7 meses de gestación. La identificación de cuartos secos y afectados clínicamente se basó en la inspección y palpación de la glándula mamaria, suplementadas con la observación de las características macroscópicas de la leche. Para el diagnóstico de mastitis subclínica se usó el Test de California (CMT), de acuerdo a la técnica e interpretación recomendadas por Schalm y Noorlander (1957), empleando como reactivo Lauril Sulfato de Sodio al 3%, cuyos promedios de concentración celular por grado de reacción son semejantes al CMT original (Molina, 1988). Antes del estudio, se procedió a su estandarización mediante diluciones seriadas de muestras de leche con reacciones CMT negativa y grado 3 (Schneider y Jasper, 1964), cuyo contenido celular se determinó por recuento microscópico directo (Chile-INN, 1979). Dado que existen variaciones en el nivel de células somáticas y en los resultados obtenidos con el CMT según el horario de ordeña (Hardy, 1987), el diagnóstico de mastitis subclínica se efectuó en todos los casos durante la ordeña de la tarde.

El análisis de resultados incluyó en primer término la determinación de valores de prevalencia de mastitis, los cuales fueron tabulados y comparados con los obtenidos por Zurita y col. (1972). Los indicadores de prevalencia utilizados fueron la positividad por vacas y por cuartos a cualquier forma de mastitis; las frecuencias de cuartos con mastitis clínica, secos y afectados por mastitis subclínica, y la distribución de cuartos reaccionantes al CMT. Basado en esta distribución, se calculó un índice inflamatorio que refleja aproximadamente la concentración de células somáticas a nivel de leche de rebaño. Con el objeto de contar con un marco de referencia que permita explicar en términos presuntivos los valores de prevalencia encontrados en el estudio, se utilizaron los resultados de una encuesta sobre condiciones de producción y obtención de leche aplicada en los mismos predios (Bezama, 1991).

Resultados y discusión

Prevalencia de mastitis en la Región Metropolitana

Un 64,84% de las vacas examinadas resultaron positivas a mastitis, lo que indicaría una disminución de 12,86% en la prevalencia de animales afectados por cualquier forma de la enfermedad, comparado con el 74,41 % informado por Zurita y col. (1972) en la misma zona (Cuadro 1). Además, dicho valor es inferior a los encontrados en prácticamente todos los estudios efectuados en distintas localidades del país: 66,90% (Rigo-Righi, 1981); 67,73% (Zamorano, 1975); 68,02% (Caballero y col., 1970); 71,60% (Zemelman y col., 1966); 75,75% (Agüero y col., 1972); 77,30% (Oyarzún, 1988); 84,20% (Pedraza y col., 1977); 87,04% (Meersohn, 1982) y 89,58% (Marín, 1975); superando sólo al 59,51 % obtenido por Tapia (1979). La variación en la proporción de vacas afectadas por mastitis se refleja en la prevalencia por cuartos (Cuadro 1), la cual se habría reducido en un 15,80% en relación al 58,81 determinado por Zurita y col. (1972). El valor de 41,10% de prevalencia es uno de los más bajos informados en la literatura nacional, cuyo rango fluctúa entre 39,51 % y 68,25% cuando se consideran conjuntamente los cuartos afectados por mastitis subclínica, clínica y secos (Agüero y col., 1972; Marín, 1975; Zamorano, 1975, Tapia, 1979).

CUADRO 1 DISTRIBUCIÓN DE VACAS Y CUARTOS POSITIVOS A MASTITIS VARIACIÓN ENTRE DOS ESTUDIOS

Zurita y col.(1972)

Moragay col. (1993)

Vacas Examinadas

Vacas Posit. a Mastitis

Vacas Examinadas

Vacas Posit. a Mastitis

Variación

%

%

%

1,528

1.137

74,41

2,321

1.505

64,84

-12,86

Cuartos Examinados

Cuartos Posit. a Mas.

Cuartos Examinados

Cuartos Posit. a Mas.

Variación

%

%

%

6,112

2.983

48,81

9,284

3.816

41,10

-15,80

Comparados con los resultados de Zurita y col. (1972), la proporción de cuartos secos muestra un incremento de 15,60%, pero la prevalencia de mastitis clínica a nivel de cuartos experimenta un descenso de 58,08% (Cuadro 2). En conjunto, las frecuencias de cuartos secos y con mastitis clínica disminuyen de 3,39% a 2,46%, generándose un descenso relativo de 27,43% respecto a los valores entregados por Zurita y col. (1972). La frecuencia de 1,63% de cuartos secos estaría en el límite inferior de los valores informados en otros estudios nacionales, los cuales varían desde 1,66% (Agüero y col., 1972) a 4,24% (Marín, 1975). La proporción de cuartos afectados por mastitis clínica (0.83), se asemeja a la observada por Tapia (1979), Zamorano (1975), Agüero y col. (1972) y Pedraza y col. (1977): 0,61; 0,74; 1,05 y 1,19%, respectivamente. Dicho valor resulta bajo en comparación al 3,69% de cuartos con mastitis clínica establecido por Marín (1975).

CUADRO 2 DISTRIBUCIÓN DE CUARTOS SECOS, CON MASTITIS CLÍNICA, SUBCLÍNICA Y SEGÚN GRADO DE REACCIÓN AL CMT. VARIACIÓN ENTRE DOS ESTUDIOS

Cuartos

Zurita y col. (1972)

Moraga y col. (1993)

Variación
-

%

%

%

Grado N

3.129

51,19

58,90

5,468

+15,06

Secos

86

1,41

1,63

151

+15,60

M. Clínica

121

1,98

0,83

77

-58,08

M. Subclínica

2.776

45,42

38,65

3.588

-14,90

Grado T

294

4,81

13,93

1.293

+189,60

Grado 1

641

10,49

9,75

905

-7,05

Grado 2

774

12,66

6,88

639

-45,66

Grado 3

1.067

17,46

8,09

751

-53,67

La frecuencia de cuartos afectados por mastitis subclínica (38,65%), denota una reducción de 14,90% en relación al 45,42% informado en el trabajo de referencia (Cuadro 2). Por otra parte, la prevalencia de cuartos con mastitis subclínica determinada en el estudio es menor que los valores descritos por la mayoría de los autores nacionales: 42,20% (Rigo-Righi, 1981); 45,94% (Agüero y col., 1972); 54,43% (Zamorano, 1975); 54,86% (Meersohn, 1982); 60,32% (Marín, 1975); 60,80% (Oyarzún, 1988); 60,57% (Pedraza y col., 1977). Sólo resulta mayor en comparación al 32,21% obtenido por Zemelman y col. (1966), asemejándose a los valores encontrados por Tapia (1979) y Caballero y col. (1970); 37,16 y 40,25%, respectivamente.

Más evidente que la reducción de la prevalencia cruda de mastitis subclínica por cuartos, es el cambio que experimentan las frecuencias de reacciones positivas, registrándose una redistribución en las proporciones de grados T, l, 2 y 3 que denota una disminución en la severidad de la forma subclínica en el período comprendido entre ambos estudios (Cuadro 2). Ello es particularmente notorio para el grado más bajo de inflamación (T), cuya frecuencia prácticamente se triplica (4,81 vs. 13,93%), mientras que los grados más altos (2 y 3) se reducen en un 45,66% (12,66 a 6,88%) y en un 53,67% (17,46 a 8,09%), respectivamente.

La disminución de la prevalencia de mastitis subclínica por cuartos, así como de la intensidad de la inflamación subclínica, pueden ser ilustradas en conjunto mediante un índice inflamatorio que refleja el cambio que habría experimentado entre ambos estudios la concentración celular de la leche. Dicho índice se calculó basado en factores que representan el contenido estimado en células somáticas de leches reaccionantes a los cinco grados del CMT, para lo cual se utilizaron los promedios de concentración celular descritos por Jasper y col. (1967) y se ponderaron de acuerdo a la frecuencia de reacción correspondiente a cada grado, excluyendo los cuartos secos y con mastitis clínica (Cuadro 3). Mediante esta metodología, pudo estimarse que la concentración de células de la leche disminuiría aproximadamente a la mitad (1.983.310 a 1.055.240 cél/ml).

CUADRO 3 DISTRIBUCIÓN DE CUARTOS SEGÚN GRADO DE REACCIÓN ALCMT1 Y SU EQUIVALENCIA CON LA CONCENTRACIÓN DE CÉLULAS SOMÁTICAS2. COMPARACIÓN ENTRE DOS ESTUDIOS

Grado CMT Zurita y col. (1972) Moraga y col. (1993)
% Factor X105 índice Celular % Factor X105 índice Celular
N

3,129

52,99

0,1

52.990 cél/ml

5.468

63,38

0,1

60.380 cél/ml

T

294

4,98

0,3

14.940 cél/ml

1.293

14,28

0,3

42.840 cél/ml

1

641

10,86

0,9

97.740 cél/ml

905

9,99

0,9

89.910 cél/ml

2

774

13,11

2,7

353.970 cél/ml

639

7,06

2,7

190.620 cél/ml

3

1,067

18,07

8,1

1.463.670 cél/ml

751

8,29

8,1

671.490 cél/ml

Total

5,905

100,00

 

1.983.3 10 cél/ml

9.056

100,00

 

1.055.240 cél/ml

1   Frecuencias de reacción al CMT calculadas excluyendo los cuartos secos y con mastitis clínica. 2 Índices celulares estimados mediante factores que representan el promedio de concentración celular de la leche para cada grado del CMT.

Es posible que el índice inflamatorio sobreestime la concentración celular de la leche a nivel de rebaño, principalmente porque la variabilidad del recuento celular aumenta junto con el grado de reacción positiva al CMT (Jasper y col., 1967; Molina, 1988). Pese a esta limitante, la diferencia entre ambos estudios permite ilustrar con cierta aproximación la disminución del problema de mastitis subclínica en la zona central del país, evaluado tanto en términos de su frecuencia como de su intensidad.

La disminución de la prevalencia e intensidad de la mastitis subclínica obedecería en gran parte a los niveles actuales de adopción de algunas medidas de control escasamente difundidas a inicios de la década del 70, tales como la desinfección post-ordeña de los pezones y la terapia de secado, utilizadas en el 83,3 y 66,7% de los predios estudiados. En este sentido también pueden haber jugado un rol los equipos de ordeña, los cuales exhiben un mejoramiento evidente en sus condiciones de diseño, instalación y funcionamiento, lo que en general se refleja en los puntajes asignados a estos aspectos en la encuesta predial (Bezama, 1991).

Pese al avance señalado, todavía no se ha alcanzado un nivel aceptable de control, si se considera que después de transcurrir aproximadamente 20 años la frecuencia de cuartos positivos a mastitis suclínica, al igual que las proporciones de grados 2 y 3, aún muestran valores elevados. Si bien no es posible establecer con exactitud las causas de esta situación, el simple análisis descriptivo de los antecedentes obtenidos en la encuesta pone de manifiesto que la mayoría de los predios carece de un programa integral de control, donde se contemple la amplia diversidad de factores involucrados en el Complejo Mastitis. Al respecto, destacan la existencia de deficiencias frecuentes en la higiene preordeña, manejo global de la mastitis clínica, eliminación de vacas con mastitis crónica y cambio de las pezoneras de los equipos. A ello cabría agregar el empleo insuficiente de pruebas de diagnóstico que permitan dimensionar la magnitud del problema de mastitis y evaluar los progresos en su control (Bezama, 1991).

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean expresar sus agradecimientos al Dr. Marcelo Rippes y Sr. Lautaro Catrileo del Departamento de Asistencia Técnica de Soprole S.A., así corno a los productores y personal de las lecherías, cuya cooperación hizo posible este estudio.

Referencias

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Recibido el 16 de julio de 1993, aprobado el 13 de junio de 1994.