Introducción

Las plantas lecheras existentes en Chile, conscientes de los altos costos que implica el transporte de la leche y de su importante relación con el contenido microbiano de ésta, han incentivado mediante sistemas diferenciales de precios la instalación de estanques enfriadores en los grandes predios lecheros.

Los pequeños productores de leche del país, por las características que presentan, han quedado en su mayoría al margen de estos beneficios. Esta situación no deja de ser preocupante, dado que este sector de la actividad pecuaria, según Echeñique y Rolando (1989), posee el 31% del inventario bovino nacional y aporta el 16,8% del total de leche producida en el país. En términos generales, este sector se caracteriza por pequeñas superficies prediales, escasa infraestructura, reducido número de animales y producciones bajas y altamente estacionales, situación que imposibilita el acceso a una mejor comercialización de la leche (De la Iglesia, 1982; Westermeyer, 1982; Fernández, 1984; Burrows, 1992).

Una de las formas de superar los problemas mencionados ha sido la creación de Centros de Acopio (C.A.), los que han surgido en algunas regiones del país con el objetivo principal de comercializar la leche producida por la agricultura campesina. Los C.A., se han desarrollado en Chile gracias a la acción del Ministerio de Agricultura, la Corporación de Fomento de la Producción y el Centro Tecnológico de la Leche de la Universidad Austral de Chile, el cual ha proporcionado apoyo técnico a la mayor parte de los centros existentes en el país. También han desempeñado un rol relevante las industrias lecheras, quienes proporcionan los estanques enfriadores en calidad de préstamo, ofrecen mejores condiciones de precio por la leche recepcionada en los centros y les otorgan otros beneficios; sin dejar de considerar la participación de los propios productores en la construcción, equipamiento y operación de los C.A. (Oettinger, 1982; CORFO-Universidad Austral, 1988; 1989; Burrows, 1992).

Básicamente, los Centros de Acopio son unidades de recepción y enfriamiento de leche bovina manejados por los propios productores, que les permiten comercializar en mejor forma su producción y alcanzar beneficios a los cuales no tienen acceso en forma individual, tales como seguridad en la venta de leche, bonificaciones en el precio, asistencia técnica y capacitación (Barría, 1990). También favorecen la transferencia de técnicas para mejorar la calidad de la leche, la productividad del predio y el manejo empresarial de los productores (Barría y col., 1991).

En la práctica, los C.A., son asociaciones de productores de un área geográfica determinada, en la mayoría de los casos de tipo informal, que venden en conjunto su leche a una planta industrial. De esta manera, en lugar de entregar cada uno cantidades pequeñas, se unen y ofrecen un volumen importante de leche, lo que justifica el interés de las plantas por esta modalidad de comercialización (Barría, 1990; Barría y col., 1991).

Dado el alto porcentaje de pequeños productores de leche bovina existentes en Chile y su interesante contribución al total de leche recepcionada en las plantas, se desarrolló este estudio con el fin de caracterizar y dimensionar la importancia que presentan los centros de acopio, como fuentes de organización de la agricultura campesina.

  Trabajo financiado por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP).

Materiales y métodos

La caracterización de los centros de acopio se basó en la aplicación de una encuesta, elaborada de acuerdo a la información bibliográfica nacional y a las sugerencias de expertos pertenecientes a las industrias lecheras, organizaciones de apoyo a los pequeños agricultores y Ministerio de Agricultura. El diseño definitivo de las encuestas se estableció después de haber sido probadas en terreno en un centro de acopio y contempló los siguientes aspectos: identificación y características principales de los centros de acopio, recepción de leche, superficie construida e infraestructura y gestión administrativa. Además, se efectuaron encuestas a las correspondientes plantas lecheras y organizaciones de apoyo, cuyos resultados no se analizan en detalle en el presente estudio.

Con el fin de caracterizar globalmente los sistemas productivos de los predios proveedores de los centros de acopio, se efectuó un estudio. de casos en 5 de ellos, sorteándose 5 productores que fueron sometidos a encuestas.

Las encuestas dirigidas a las fuentes consideradas se complementaron con visitas a terreno y entrevistas a expertos locales y nacionales. El trabajo en terreno se realizó durante el segundo semestre del año 1991.

Resultados y discusión

Caracterización de los centros de acopio Las principales características de los centros de acopio se presentan en el cuadro 1.

CUADRO 1 CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LOS  CENTROS DE ACOPIO EXISTENTES EN CHILE DURANTE 1991

Región

Nombre C.A.

Año formación

N° de Socios

Capacidad instalada (1)

Industria receptora

Tipo de Organización

Formal Informal

R.M

Culiprán San José El Esfuerzo Viña El Campesino

1988 1986 1986 1987

15 23 22 15

600 2.200 2.200 600

Soprole Soprole Soprole Soprole

X

X X X

VII

Quillaino Retiro San Rafael

1989 1990 1989

- - 30

1.000 3.800 2.000

Soprole Soprole Soprole

X X X

 

IX

Casahue Alto Chelle Toltén El Prado

1984 1991 1989 1984

20 10 40 60

1.800 1.600 4.600 1.600

Loncoleche Loncoleche Loncoleche Loncoleche

X

X X X

X

Pucará Cudico Antilhue Santa Rosa Unión Chilena Pichirropulli San Pedro Iñaque Huichaco Las Huellas El Salto Loncopán Los Silos Runca Notuco

1989 1988 1986 1988 1991 1991 1988 1987 1990 1986 1991 1989 1991 1983 1989

75 60 23 27 32 50 52 17 70 65 84 60 53 14 23

10.400 8.000 3.200 4.750 4.000 4.800 8.400 3.350 6.140 5.200 6.140 5.100 6.140 4.800 2.500

Dos Álamos Dos Álamos Dos Álamos Colun Colun Colun Dos Álamos Loncoleche Dos Álamos Dos Álamos Dos Álamos Dos Álamos Dos Álamos Collico Chilolac

X X X

X X X X X X X X X X X X

 Total

-

940

104.920

-

8

18

En la época en que se realizó el estudio se logró identificar un total de 26 centros, distribuidos en un amplio territorio, que va desde la Región Metropolitana a la X Región. En la Región Metropolitana se ubican 4 de ellos, 3 en la VII, 4 en la IX y 15 en la X Región, representando el 15,4; 11,5; 15,4 y 57,7% del total de centros, respectivamente (Cuadro 1). Esta distribución refleja la mayor especialización de la última región en producción de leche bovina, la cual aportó el 65% de la leche recibida por las plantas en 1991 (ODEPA, 1993).

Respecto al año de formación, el más antiguo corresponde a Runca, que habría iniciado su actividad en 1983. De los 26 centros de acopio, 23 comenzaron a funcionar a partir de 1986 (88,5%), lo que significa un promedio aproximado de 4 nuevos centros por año hasta 1991.

De acuerdo a los resultados presentados en el cuadro 1, el número de socios por C.A., fluctúa entre 10 y 84, con un promedio de 39 para 24 centros existentes en el país. El promedio regional más bajo corresponde a la Región Metropolitana (19) y el más elevado a la X (47). Éste constituiría otro indicador del alto grado de importancia que reviste la actividad lechera en la última región, mostrando consistencia con los valores obtenidos para la distribución de centros de acopio y la capacidad instalada de recepción (Cuadro 1). Tales resultados también podrían explicarse por la fuerte influencia que ha ejercido en la zona el Centro Tecnológico de la Leche de la Universidad Austral de Chile, incentivando la creación de centros de acopio y desarrollando diversas actividades orientadas a mejorar su capacidad de gestión (Barría, 1990; Barría y col., 1991).

La capacidad total de recepción de leche de los 26 centros encuestador alcanza una cifra del orden de 105.000, 1 diarios, correspondiendo un 79% de ella a aquellos ubicados en la X Región (Cuadro 1). A partir del mismo cuadro, se desprende que la capacidad promedio de los estanques de los C.A., de esta última región (aproximadamente 5.500, l), supera claramente los valores encontrados en las regiones Metropolitana, VII y IX: 1.400, 2.270 y 2.400, 1, respectivamente.

Al analizar la distribución de los C.A., según la industria a la cual entregan la leche (Cuadro 1), se observa que el primer lugar lo ocupa Dos Álamos con 9 centros en la X Región, seguido de Soprole con 7 en las regiones Metropolitana y VII. A continuación se ubican Loncoleche (5) y Colún (3), correspondiéndole a Lácteos Collico y Chilolac los 2 centros restantes. Estas 6 empresas representan aproximadamente el 30% de las 21 industrias lácteas existentes en Chile durante el año 1991 (ODEPA, 1991). En consecuencia, habría una proporción importante de industrias lecheras que al momento del estudio no había establecido esta modalidad de comercialización con pequeños agricultores, siendo conveniente investigar las causas que motivan esta situación. Al respecto, es interesante señalar que las industrias que mantienen vínculos con los C.A., encuestados, manifiestan una disposición favorable a apoyar la instalación de nuevos centros, en la medida que se demuestre su factibilidad técnica y económica, apoyo que se vería fortalecido si éstos contaran con una organización de tipo formal; es decir, si se constituyeran en sociedades de responsabilidad limitada.

Como se aprecia en el cuadro 1, la mayoría de los C.A., existentes en el país tienen el carácter de informal o de sociedades de hecho (69,2%), situación similar a la descrita por Barría y col. (1991). Ello tiene una serie de connotaciones relacionadas con el comportamiento de los agricultores asociados al centro, quienes lo consideran sólo como un lugar de entrega de la leche que permite acceder a un mejor precio, mostrando un escaso grado de identificación y compromiso para mejorar su funcionamiento; limitando además la obtención de diversos beneficios, tales como compra masiva de insumos, comercialización de otros productos, capacitación y otros.

De los 8 C.A., organizados formalmente, 2 corresponden a una modalidad especial, ya que han sido formados por una empresa comercial y su responsabilidad no recae directamente en una organización de pequeños productores, quienes hacen entrega de su leche debiendo pagar cierta cantidad de dinero por el servicio recibido. El importe corresponde a un porcentaje fijo del precio del litro de leche, que alcanza a un 7% por el uso de frío y a un 5% si se utiliza la capacitación proporcionada por los profesionales propietarios de ambos centros. Es interesante señalar que esta modalidad podría ser considerada al establecer nuevos centros de acopio, puesto que supone un fuerte grado de vinculación entre profesionales y productores, con todas las ventajas que ello involucra en términos de la gestión y funcionamiento del centro, relación con la planta lechera y aprovechamiento del potencial que ofrece como núcleo de capacitación y transferencia tecnológica.

La recepción semestral de leche de los centros de acopio se presenta en el cuadro 2.

CUADRO 2 RECEPCIÓN SEMESTRAL DE LECHE DE LOS CENTROS DE ACOPIO

Región                       

Nombre C.A.

Segundo Semestre 1990

Primer Semestre 1991

R.M.      

Culiprán San José El Esfuerzo Viña El Campesino

  55.860 128.129+ 256.058 160.221

  64.615 319.768 284.281 147.813

VII                        

Quillaimo Retiro San Rafael

  35.804   49.404   76.916

  59.321   11.267   83.749

IX

Casahue Alto Chelle Toltén El Prado

117.295   56.568** 307.070 285.031

  93.123*   45.034*** 304.548* 234.157*

X

Pucará Cudico Antilhue Santa Rosa Unión Chilena Pichirropulli San Pedro Iñaque Huichaco Las Huellas El Salto Loncopán Los Silos Runca Notuco

790.700 871.800 360.400 435.730 - - 578.600 439.791 443.768 287.200 - 581.600 - 853.814 165.030

749.400° 640.300° 292.500° 518.650 174.654°° 233.471°° 428.900 313.180* 305.070 269.500°   30.440**** 626.000° 120.241**** 387.820 146.992

 

Total

7.336.789

6.884.794

+ Incluye sólo septiembre,octubre y diciembre de 1990. * Los antecedentes productivos entregados corresponen al año 1990 pues no hay antecedentes del año 1991. ** Marcha blanca. *** Considera sólo enero y febrero de 1991,pues no hay, recepción en el resto de los meses. **** Considera sólo un mes de recepción. ° Considera sólo hasta el mes de mayo de 1991, pues no hay antecedentes del mes de junio. ºº Incluye la producción hasta septiembre de 1991.

El rango de recepción anual por centro fluctúa entre aproximadamente 60.000 y 1.500.000, 1, con un promedio del orden de 550.000, 1, observándose una estrecha vinculación con la vocación productiva de los diferentes ecosistemas del país. Las cifras más altas de recepción corresponden a la X Región, corroborando la importancia de la actividad lechera de la zona. Los menores volúmenes corresponden a la zona centro-sur y Región Metropolitana, donde la producción de leche es secundaria en relación a otras alternativas productivas (ODEPA, 1992; 1993).

La recepción anual de leche de la totalidad de los C.A., alcanza a 14.221.583, 1; 7.336.789, 1 en el segundo semestre de 1990 y 6.884.794, 1 en el primer semestre de 1991 (Cuadro 2). Sin embargo, en términos reales estas cifras deben ser algo mayores, puesto que en algunos centros fue imposible obtener la información correspondiente a la recepción de leche de algunos meses e incluso de semestres completos. La cantidad de leche recibida anualmente en los centros de acopio, representa el 1,6% del total anual de leche recepcionada por las industrias lecheras del país en 1990 (ODEPA, 1993).

Por otra parte, por las razones expuestas, resulta difícil determinar con exactitud la estacionalidad de la recepción de leche de los C.A. Sin embargo, si se excluyen aquellos que no disponen de información, así como los de muy reciente formación o que no reciben leche en invierno (5 casos), el índice de estacionalidad (recepción mes de diciembre/recepción mes de julio), fluctúa entre 1:1 y 15:1, registrándose en 11 de 21 casos relaciones mayores a 3:1, las cuales denotan una elevada estacionalidad productiva. Ello reflejaría el bajo grado de incorporación tecnológica en el proceso de producción de leche que generalmente hacen los pequeños agricultores, el cual se basa esencialmente en el pastoreo de praderas naturales (Gálmez y col., 1986; Acosta, 1990; Barría y col., 1991).

La superficie construida de los C.A., mostró una gran variabilidad, fluctuando entre 10 y 150 m2(Cuadro 3). En consistencia con los resultados obtenidos para el número de socios por centro, capacidad instalada de recepción y nivel de recepción de leche, los C.A., ubicados en la X Región presentaron los mayores valores de superficie construida, con un promedio de 92 m2. Los promedios correspondientes a los centros de las regiones IX, Metropolitana y VII alcanzaron aproximadamente a 44, 32 y 21 m2. En términos generales, estos resultados concuerdan con lo informado con Barría y col. (1991), quienes señalan un rango de 40 a 98 m2 para la infraestructura construida en los C.A., promovidos por el Centro Tecnológico de la Leche de la Universidad Austral de Chile, aunque no denotarían una tendencia clara de aumento de la superficie en aquellos instalados más recientemente.

CUADRO 3 SUPERFICIE, INFRAESTRUCTURA Y EQUIPAMIENTO BÁSICO DE LOS CENTROS DE ACOPIO

 Región Nombre C.A.   Superficie (m2)  Piso Muros Techo  Fuente de agua caliente  Refrigerador 
 R.M       Culiprán  16,5  C  M y R  P  No  Sí
 San José  17,5  C  M  Z  No  No
 El Esfuerzo  50  C  L y M  Z  No  Sí
 Viña El Campesino  44  C  C  Z y M  No  Sí
 VII    Quillaino   10  C  M  P  No  Sí
 Retiro  24  C  A  T  Sí 1  Sí
 San Rafael  28  C  M  Z  No  No
 IX      Casahue   40  C  M  Z  Sí2  No
 Alto Chelle  72  C  M  Z  No  No
 Toltén  40  C  M  Z  Sí1  No
 El Prado  24  C  M y C  Z  No  No
 X                             Pucará  104  C  M  Z  Sí2  Sí
 Cudico  75  C  M y Z  Z  Sí2  Sí
 Antihue  89  C  M  Z  Sí2  No
 Santa Rosa  122  C  M  Z  Sí2  Sí
 Unión Chilena  150  C  M y Z  Z y F  Sí2  Sí
 Pichirropuli  84  C  M y Z  Z  Sí2  Sí
 San Pedro  66  C  M  Z  Sí2  No
 Iñaque  40  C  M y Z  Z  Sí2  No
 Huichaco  82  C  M  Z  Sí2  No
 Las Huellas  81  C  M y z  Z  Sí2  Sí
 El Salto  98  C  M y G  Z  Sí2  No
 Loncopán  90  C  M  Z  Sí2  No
 Los Silos  77  C  C  P  Sí2  No
 Runca  77  C  M  Z  Sí2  No
 Notuco  63  C  M  Z  Sí2  No

C = Concreto    M = Madera    R = Reja    L = Ladrillo    A =  Adove    Z = Zinc    P = Pizarreño    T = Tejas    F = Fonolita  1 = Calefont   2 = Caldera

Si bien la definición de un área mínima requiere del análisis de diversos factores, podría considerarse como tal una superficie del orden de 20 m2, para un estanque de 1.000 litros de capacidad más equipos complementarios (calefont, refrigerador y otros) y 5 m2 por cada 1.000, 1 adicionales.De acuerdo a estos supuestos, se podría afirmar que en general la superficie no constituye una limitante del funcionamiento de los C.A., existentes en el país, dado que el promedio de superficie (64 m2) excede los 35 m2 que se requerirían teóricamente para un promedio de capacidad de estanque de aproximadamente 4.000, 1. Sólo en 4 centros ubicados en las regiones Metropolitana y VII, se determinó valores de superficie que disminuirían la eficiencia de los distintos procesos.

En relación con el tipo de materiales utilizados en las construcciones, debería esperarse que al menos protegieran los equipos y facilitaran la limpieza e higienización. En este sentido, el contar con pisos de concreto, así como con muros y techos adecuados, constituiría una exigencia mínima, requisitos que reúnen todos los C.A., de la zona sur. En cambio, 2 centros ubicados en las regiones Metropolitana y VII, no cumplen con los requisitos básicos de construcción, ya que el material utilizado en sus muros no permite aislarlos del medio ambiente.

Respecto a los equipos complementarios y dadas las características del proceso de acopio de leche, es posible identificar algunos que son indispensables para lograr un funcionamiento eficiente, particularmente en lo relativo a la calidad higiénica de la leche. Éstos corresponden, en primer término, a aquellos que permiten obtener agua caliente para el proceso de lavado de los tarros lecheros y del estanque (calefont o caldera). Además, un almacenamiento adecuado de las muestras de leche, supone considerar un refrigerador en el equipamiento de los centros.

Como se observa en el cuadro 3, todos los centros de la X Región cuentan con una fuente de agua caliente, representada mayoritariamente por calderas que utilizan leña como combustible. En la IX Región, sólo un 50% de ellos dispone de estos equipos, lo cual limitaría la eficiencia del proceso de lavado (Pedraza, 1988; Pedraza y col., 1989). Este problema se agudiza en las regiones VII y Metropolitana, donde los valores se reducen a 33 y 0%.

En cambio, el problema es levemente mayor en lo referente a disponibilidad de refrigerador, ya que sólo 11 de los 26 centros de acopio del país tienen este elemento. Al hacer un análisis regionalizado, se invierte la tendencia observada en el caso anterior, pues los centros de la Región Metropolitana y de la zona centro-sur cuentan con refrigeradores en un 75% y 67% de los casos, respectivamente. Estas cifras bajan a 0% en la IX Región y a 40% en la X (Cuadro 3). Dicha situación probablemente se relacionaría con el hecho que en estas zonas las temperaturas medias son menores, con lo cual cuesta más internalizar la necesidad de un equipo de estas características. Sin embargo, debe considerarse que la producción tiende a concentrarse en las épocas donde las temperaturas son más elevadas.

Aparte del acopio de leche, los C.A., existentes en el país prácticamente no otorgan otros servicios. Hacen excepción a ello 3 centros de la Región Metropolitana y 1 de la IX, los cuales disponen de banco de semen, efectuándose además, en este último, la adquisición de productos veterinarios en forma esporádica. Las razones de esta situación son múltiples, siendo quizás las más importante la falta de identidad de los productores con su propio centro, al cual consideran sólo como un sitio donde entregar la leche y una forma de comercialización más conveniente. En la mayoría de los casos, son incapaces de apreciar las ventajas que podría tener la compra conjunta de productos e insumos de uso común, cuyos costos disminuirían al ser adquiridos en cantidades mayores; situación que ha sido descrita como uno de los grandes problemas que enfrenta la agricultura campesina (FAO, 1992).

La gestión administrativa del centro recae generalmente en su presidente, quien cuenta con la asesoría de una directiva. Tanto el presidente como la directiva, no perciben remuneración por esta actividad. Como se puede apreciar en el cuadro 4, el grado de calificación del responsable es variable, siendo en la mayoría de los casos agricultor, ocupación que no denota ninguna especialización administrativa, lo que podría repercutir en su gestión. Los profesionales del agro (Ingenieros Agrónomos y Médicos Veterinarios), sólo se involucran en la gestión de dos C.A.

CUADRO 4 GESTIÓN ADMINISTRATIVA DE LOS CENTROS DE ACOPIO

Región

Nombre C.A.

Calificación responsable

Lugar de gestión

Hrs. Dedicación semanal

R.M.

Culiprán San José El Esfuerzo Viña El Campesino

Agricultor Secretaria Agricultora Agricultor

Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio

Variable l,5 8 14

VII

Quillaino Retiro San Rafael

Médico Vet. Médico Vet. Agricultor

Of. Comercial Of. Comercial Domicilio

Variable Variable 3

IX

Casahue Alto Chelle Toltén El Prado

Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor

Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio

Variable Variable Variable Variable

X

Pucará Cudico Antilhue Santa Rosa Unión Chilena Pichirropulli San Pedro Iñaque Huichaco Las Huellas El Salto Loncopán Los Silos Runca Notuco

Agricultor Dueña de Casa Contador Agricultora Contador Agricultor Contador Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor

Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio Domicilio

02-Abr 01-Feb 2 4 2 05-Ago 5 5 6 Variable Variable Variable 14 Variable 18

En relación a lo anterior, en primer lugar debe tenerse presente que el nivel educacional de los pequeños agricultores generalmente no es muy elevado. Al respecto, Winkler (1980) señala que menos del 20% de los pequeños productores lecheros de la X Región (superficie predial menor a 10 hectáreas de riego básico), habría cursado estudios de enseñanza media o de tipo técnico, destacando que la enseñanza básica no es suficiente para la toma de decisiones de una empresa agropecuaria. Otra dificultad que enfrenta este sector, está vinculada con la forma de funcionamiento de la economía campesina, la cual según Barría y col. (1991) planifica sólo en el corto plazo y carece de experiencia en gestión empresarial. Sin embargo, de acuerdo a los últimos autores, los requerimientos de calificación que plantean las actividades de gestión, crean otro tipo de problemas cuando los socios eligen un administrador externo de mayor nivel de preparación, derivados principalmente del temor a que éste use la organización para su propio beneficio, lo cual dificulta su legitimización frente al grupo.

Por otra parte, las relaciones informales, propias de la economía campesina y presentes en la mayoría de los centros estudiados, afectan también la gestión empresarial. Barría y col. (1991) sostienen que los pequeños agricultores tienden a elegir como dirigentes a los líderes de su comunidad, que son personas que les merecen confianza, pero no necesariamente buenos administradores. Además, estas relaciones se traducirían en un bajo grado de control y vigilancia, por lo que la organización queda exclusivamente bajo la responsabilidad de los directivos, con los problemas que ello genera.

El lugar donde ejerce su función el responsable de la gestión del centro, es en todos los casos el domicilio particular de su presidente o de uno de los miembros de la directiva (Cuadro 4), lo cual podría dificultar las reuniones que periódicamente deben realizar los socios de cada centro. Llama la atención que en un 42% de los casos no exista una clara cuantificación del tiempo dedicado a las labores de gestión y que en la mayor parte del resto de los centros se asigne a dicha actividad menos de 8 horas semanales. Aun cuando esta variable requiere de mayor información para ser analizada apropiadamente, los resultados obtenidos parecen indicar que los directivos de los C.A., deben ser orientados a través de la capacitación en sus funciones administrativas. Ello reflejaría las limitantes que exhiben los pequeños productores en cuanto a capacidad empresarial (FAO, 1992), los cuales de acuerdo a un estudio efectuado en la X Región, mayoritariamente destinan un bajo porcentaje de su tiempo a las actividades de tipo organizativo (Winkler, 1980).

Estudio de casos de pequeños agricultores

Parte de las características que muestran los distintos centros de acopio, encuentran su explicación en los sistemas de producción implementados por los socios que forman parte de los mismos (Burrows, 1992). Por esta razón, a continuación se presentan algunos antecedentes que permiten caracterizar globalmente estos sistemas productivos.

En primer término, en el cuadro 5 se aprecia que la distancia promedio entre los predios y el C.A., varía entre 1,9 y 10 km. Analizados individualmente, la mayoría de los predios (60%), se encuentran a una distancia no mayor a 5 km. La corta distancia que en general existe entre los predios y el C.A., reflejaría la necesidad de reducir los costos de la recolección interna de leche, la cual representa uno de los gastos más importantes de los centros (Barría y col., 1991).

CUADRO 5 CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS PREDIOS PROVEEDORES DE LOS CENTROS DE ACOPIO

Nombre

Región

Distancia al centro (km)

Superficie predial (há)

N° total bovinos

N° vacas ordeña último mes

Superficie pradera artificial (há)

Fertilización

No

Culiprán

1

   

R.M.

   

2

9,5

16

5

2,0

x

 

2

2,5

5,5

9

5

3,5

x

 

3

1,5

47,0

18

5

2,5

x

 

4

5,0

37,0

17

6

7,5

x

 

5

2,0

9,0

9

4

1,5

x

 

Promedio

2,6

21,6

14

5

3,4

x

 

San Rafael

1

   

VII

   

5

28,5

12

6

2,5

x

 

2

10

23,8

12

4

1,0

x

 

3

7

90,0

120

10

20,0

x

 

4

15

24,5

8

4

4,0

x

 

5

13

21,5

4

3

3,0

x

 

Promedio

10,0

37,7

31

5

6,1

 x

 

Toltén

1

   

IX

   

9

44,0

30

 

-

x

 

2

12

80,0

40

12

12,0

x

 

3

10

50,0

34

18

12,0

x

 

4

10,5

70,0

10

*

   

5

0

138,0

100

39

30,0

x

 

Promedio

8,3

76,4

43

23

10,8

   

San Pedro

1

   

X

   

0,3

39,0

28

18

7

x

 

2

0,5

50

35

23

23

x

 

3

2,5

1,9

3

 

0

 

x

4

2,5

30,0

29

10

-

x

 

5

3,7

22,0

13

4

-

x

 

Promedio

1,9

28,6

22

14

6

   

Santa Rosa

1

   

X

   

4,0

59,5

34

6

3

x

 

2

1,5

20,0

14

1

0,5

 

x

3

3,0

45,0

55

8

-

 

x

4

3,0

30,0

28

4

10

x

 

5

1,0

24,0

26

-*

4

 

x

Promedio

2,5

35,7

31

5

3,5

   

Los predios encuestados tienen una superficie promedio de 40 ha físicas, encontrándose los de mayor tamaño en la IX Región (76,4 há) y los más pequeños en la Región Metropolitana (21,6 há). Dentro de los 5 grupos de productores se observan variaciones en la superficie predial, pero las más notorias corresponden al productor 3 de San Rafael y al 5 de Toltén, con 90 y 138 há, respectivamente; lo que contrasta con 3 casos de Culiprán y 1 de San Pedro, donde la superficie es inferior a 10 há. Estas grandes variaciones en el tamaño predial de pequeños productores lecheros, han sido descritas previamente en distintas regiones del país (Winkler, 1980; CORFO, 1985; Gálmez y col., 1986).

La masa bovina tiende a aumentar en la medida que se incrementa la superficie predial, desde un promedio de 14 a 43 cabezas en las regiones Metropolitana y IX, respectivamente. El promedio de vacas en ordeña de los 5 grupos de pequeños productores fluctuó entre 5 y 23, observándose los valores más elevados en los predios de la IX y X regiones Estos resultados concuerdan con los de otros autores, quienes señalan que en general los socios de los C.A., son pequeños productores con un promedio de 10 a 12 vacas. Sin embargo, en algunos centros participan 1 ó 2 productores medianos, que han sido líderes y promotores de la idea (Barría y col., 1991).

La alimentación está basada en el pastoreo, llamando la atención que la mayoría de los predios (77%), cuenta con alguna proporción de praderas artificiales o mejoradas, que en general oscila entre un 10 y 21% de la superficie total. Dichos valores son consistentes con los encontrados en otros estudios de pequeños predios lecheros: 8,2-17,2% de praderas de calidad/superficie total de praderas (Winkler, 1980) y 21,4% de praderas artificiales/superficie disponible (Gálmez y col., 1986). Analizados individualmente, los predios que disponen de praderas artificiales o mejoradas, exhiben un amplio rango de variación en la relación respecto a la superficie total de praderas (3-64%), con un promedio de 19%. En términos generales, estos resultados muestran una distribución desigual de praderas de alto rendimiento entre los predios encuestados, situación que ha sido descrita por otros autores (Gálmez y col., 1986).

La fertilización es bastante común (84% de los encuestados), superando los valores encontrados por Winkler (1980) en la X Región (aproximadamente un tercio de los pequeños productores), aunque esta práctica parece estar más bien vinculada con el establecimiento que con el mejoramiento de las praderas. La mayor parte de los agricultores, no utiliza concentrados ni sales minerales en la alimentación de las vacas.

En consecuencia los sistemas productivos de los agricultores asóciados a los C.A., muestran características similares a las descritas en la literatura nacional para el pequeño productor lechero. Las condiciones de manejo alimenticio, la dotación de animales y el tipo de praderas utilizadas incidirían en el volumen de leche producido y en la alta estacionalidad que ella muestra, características que son comunes de los pequeños productores de leche bovina en Chile (Burrows, 1992). Estos resultados no están dentro de lo esperado, pues se dispone de antecedentes que señalan que los productores que entregan permanentemente leche a los centros que han funcionado por más tiempo, han adoptado técnicas respecto al uso de sales minerales, concentrados y especialmente uso de cultivos suplementarios de invierno (CORFO, 1985; Barría y col., 1991). La discrepancia obedece a que en el presente estudio se incluyó centros de formación relativamente reciente, parte de los cuales no ha sido incorporado a proyectos específicos de capacitación y transferencia tecnológica, como los dirigidos por el Centro Tecnológico de la Leche de la Universidad Austral de Chile.

Referencias

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Recibido el 20 de Abril de 1994, aprobado el 20 de Octubre de 1994.