Iniciamos en este instante una celebración en homenaje al Quincuagésimo Aniversario de nuestra Facultad, con la presencia de distinguida concurrencia que con su asistencia ha sabido comprender la importancia que nuestra Casa de Estudios tuvo, tiene y tendrá dentro del desarrollo pecuario, económico y social de nuestro país.

Si bien es cierto que en la actualidad pensamos en el presente y futuro de nuestro quehacer, es comprensible, aunque sea brevemente, realizar un recuerdo de los inicios de las Ciencias Veterinarias en Chile.

En 1842, y bajo la presidencia de don Manuel Bulnes, se dispone que un terreno, denominado La Merced y ubicado al poniente de Santiago, sea denominado Quinta Normal de Agricultura y destinado a impartir la enseñanza Agrícola y Veterinaria. Posteriormente, en 1873 y a instancias de la Sociedad Nacional de Agricultura, se inicia en ese recinto la Enseñanza Agrícola y Ganadera, dependiente de la Universidad de Chile. En ese mismo lugar y por Decreto Supremo del 10 de noviembre de 1915, se crea la Escuela de Medicina Veterinaria. Bajo la Rectoría del Dr. Carlos Charlín, el 19 de diciembre de 1927, se decide la formación de la Facultad de Agronomía y Veterinaria.

La Facultad de Medicina Veterinaria se crea el 29 de abril de 1938, fecha en que legalmente se separa de la hasta entonces Facultad de Agronomía y Veterinaria. Gestor de este hecho histórico fue el Dr. Hugo K. Sievers W., quien supo comprender que las Ciencias Veterinarias eran una entidad propia, con un rumbo definido y destinadas a desempeñar un papel importante en el desarrollo pecuario y económico del país.

El Dr. Sievers, su primer Decano, y que desempeñó este cargo durante 22 años y que además fue Vicerrector y Rector Subrogante durante seis años de nuestra Universidad, permitió que la joven Facultad muy pronto desarrollara todo su potencial, alcanzando un lugar destacado dentro de sus congéneres en América Latina. La riqueza de la formación intelectual, científica y ética de quienes siendo sus primeros profesores se desempeñaron como auténticos líderes, fue un ejemplo para la juventud de aquella época y suplió tal vez con insospechada ventaja la muy incipiente tecnología educativa aplicada a un proceso de enseñanza que se desarrollaba dentro de los moldes característicos de la evolución alcanzada por las Ciencias Veterinarias en esos años.

La figura de aquellos grandes maestros y profesores a quienes muchos de nosotros tuvimos la suerte de conocer y formarnos bajo su sabia conducción, aún la evocamos como un aspecto que ligado a la tradición de esta Universidad le ha permitido asumir el rol de líder en el desarrollo de la formación educacional en este continente. Vayan para ellos nuestros sinceros sentimientos de gratitud y para los que hoy en día nos acompañan, nuestro reconocimiento por las enseñanzas impartidas y que permitieron la formación de generaciones de médicos veterinarios que han logrado que esta profesión posea el sitial por todos reconocido, tanto en el ámbito nacional como internacional.

La Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias es el organismo académico que asume la responsabilidad de asegurar el desarrollo, continuidad y difusión del conocimiento en el campo temático de la Ciencia Animal, mediante el ejercicio coordinado de la docencia superior, de la investigación científica y de la extensión, con el fin de dar soluciones a los problemas que se originen en este campo y contribuir así al progreso y desarrollo nacional.

El médico veterinario actualmente está en posesión de la preparación, eficiencia y calidad profesional adecuadas a la realidad presente, se ha constituido en un verdadero motor del desarrollo económico y social, cumpliendo así con el compromiso y obligación moral de servir a la Patria y de devolver a la comunidad toda los beneficios recibidos de ella, garantizando un patrimonio intelectual y tecnológico adecuado a las necesidades presentes y de futuro mediato del país.Nuestra Facultad está consciente que los profundos cambios que se avecinan en todos los campos del conocimiento con el inicio del siglo XXI, hacen indispensable readecuar su metodología de enseñanza-aprendizaje y para cumplir esta finalidad ha realizado un estudio prospectivo para el año 2015. Los desafíos educacionales para la Facultad se sustentan en la creación de un sistema que permita la adquisición, transmisión y distribución de información, de manera que cada individuo pueda desarrollar en la mejor forma posible sus aptitudes y aspiraciones; esto es, imprimirle capacidad propia de pensar y evolucionar y, a la vez, prepararlo para el continuo cambio social. Como se ha visto, en un mundo en que los datos, la información y el conocimiento se multiplican a velocidad exponencial, un sistema educativo orientado fundamentalmente a transmitir datos o información es francamente ineficiente, pues, por un lado es imposible transmitir la cantidad de conocimiento generado y, por otro, éstos caen en desuso rápidamente, especialmente aquellos de carácter aplicado o tecnológico. El desafío desde este punto de vista es orientar la enseñanza al manejo, procesamiento y manipulación de la información y no a su acumulación.

En un comienzo, el único medio para almacenar el conocimiento fue la propia mente humana. Los profesores han sido efectivamente los intermediarios más importantes en la transmisión de conocimientos a las generaciones más jóvenes. Hoy es imposible que una persona posea en su memoria la enorme cantidad de conocimientos que se han generado y que están por generarse, ni aun el de alguna disciplinasen particular. El conocimiento se encuentra en las grandes bibliotecas, en las bases de datos y son éstos apoyados por las modernas tecnologías en comunicaciones los que se están convirtiendo en sí mismos en intermediarios del conocimiento. El profesor no puede enseñar aquello que él mismo no es capaz de conocer. Por lo tanto, el desafío para la Facultad es liberar al profesor de la transmisión de la información, orientando su labor a principios metodológicos y a su propio aprendizaje a través de la actividad de investigación. Esto es posible solamente sobre una fuerte base de recursos tecnológicos que permitan el acceso rápido a gran cantidad de información.

La educación en la Facultad deberá prepararse para reeducar a los más adultos, al mismo tiempo de educar a los más jóvenes. Este es un desafío urgente, pues las demandas profesionales por educación van más allá de los programas clásicos de capacitación (congresos, jornadas), de alto costo y bajo contacto. En este sentido, se tendrán que buscar nuevos métodos que permitan una comunicación más fluida y permanente con los profesionales y con otros interesados en el conocimiento adquirido y generado por la Facultad.

Las conclusiones de este estudio para el año 2015 significarán profundos cambios en el sistema de enseñanza y es así como se recomienda entre algunos aspectos:

Desarrollar métodos educacionales que tiendan a la autoeducación y autoinstrucción, incentivando el autoestímulo del educando y la labor de dirección y orientación del educador. Liberar a académicos y alumnos de actividades educativas rutinarias, para permitir elevar el nivel cognoscitivo, efectivo y psicomotor en el proceso educativo. Desarrollar la educación a distancia. Incentivar el desarrollo cultural de los estudiantes. Estimular la capacitación de postgrado en Universidades y Centros de Investigación de alto nivel en países más desarrollados. Desarrollar la capacitación de postgrado en la Facultad poniendo énfasis en la colaboración de académicos visitantes de otras Facultades o Universidades nacionales y extranjeras. Estimular la realización de macroprogramas de investigación, con participación multidisciplinaria.

Esperamos que de este estudio se pueda visualizar el futuro desarrollo de nuestra Facultad dentro del contexto nacional e internacional.

En Chile la investigación científica propiamente tal, y por lo tanto válida a nivel internacional, se ha organizado solamente en este último siglo. No teniendo medio siglo de existencia y aun cuando experimentó una acelerada expansión (1950-1970), la imagen, repercusión y magnitud de su productividad poco ha trascendido más allá de los muros universitarios donde se ha desarrollado principalmente.

La investigación ha estado dirigida en gran medida a la generación de conocimiento en ciencias básicas y de acuerdo a los intereses individuales de los investigadores. Una de las mayores debilidades que ha tenido el proceso de creación de conocimientos ha sido la débil relación que ha tenido el sector científico con los usuarios del conocimiento.Nuestra Facultad, consciente de este hecho y de acuerdo con las otras facultades y escuelas que imparten la carrera de Medicina Veterinaria (Universidad de Concepción y Universidad Austral de Chile), se encuentra implementando un proyecto de Investigación en Salud Animal desde hace 2 años a esta parte.

Este proyecto plantea como propósito la puesta en marcha de un Programa Nacional de Investigación en Salud Animal que tiende a la sistematización y desarrollo de la Investigación en Salud Animal en Chile, llevándola a un nivel de excelencia, con fines de contribuir al control y eventual erradicación de las enfermedades que limitan la productividad de las especies animales que proveen al país de recursos alimentarios y materias primas, así como favorecer la reducción, a niveles controlables, de los riesgos de contagio de la población humana frente a las enfermedades transmisibles de los animales al hombre o de éste a los animales.

Este programa cuenta con el apoyo irrestricto de organismos oficiales de Gobierno como de organismos internacionales, como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. El principal usuario de este programa es el Ministerio de Agricultura, quien requiere del apoyo de la investigación para perfeccionar el diagnóstico en los problemas de salud y maximizar con ello sus acciones de control y vigilancia epidemiológica. El sector privado, por otra parte, representado por productores y empresarios, cuyas actividades económicas están ligadas directa o indirectamente a las ganaderías productivas, serán los más importantes beneficiarios del programa, debiendo participar, a su vez, en su orientación y desarrollo.

Este programa, promovido por estas Universidades, constituye no solamente un ejemplo para nuestro país, sino que en el futuro será un modelo para América, pues conlleva un fuerte contenido integrador al promover la necesaria interacción, interna y externa con otras instituciones, favoreciendo con ella la eficiencia y la eficacia de las estructuras existentes, conjuntamente con la optimización de los recursos humanos y materiales.

Señoras y señores:

Esta Facultad, creada en 1938, conoce bien su pasado, estima bien su presente y al iniciar un año más de vida, sabe muy bien lo que quiere del futuro: formar hombres con la ciencia y técnica de hoy, capaces de adaptarse a los rápidos cambios de nuestro tiempo, fomentar el espíritu inquieto del que busca y avanza, convencido que no hay enseñanza que no se renueve sin investigación que la fecunde y que no hay Universidad que no lo sea si no es creadora de sus propias verdades.

Muchas gracias