Se tuvo la oportunidad de atender una consulta concerniente a un problema cutáneo de un cobayo (C. porcellus) el cual era mantenido como mascota. El animal presentaba en la base de la oreja un solevantamiento de la piel que era duro al tacto, del tamaño de una lenteja y que correspondía a un pequeño absceso. El pelaje se observaba normal y sin depilaciones. Conjuntamente se procedió a arrancar algunos pelos y hacer un suave raspado de la piel alrededor de la lesión. El material se aclaró con lactofenol y el examen microscópico reveló la presencia de algunos ácaros que midieron entre 500 a 520 µm. de longitud y 130 a 140 µm. de ancho. La parte anterior del cuerpo era triangular dando la impresión de una cabeza y sus patas eran curvadas y adaptadas para fijarse al pelo. De acuerdo a sus características morfológicas los ejemplares se identificaron como Chirodiscoides caviae, Hirst 1917 (sin. Campylochirus caviae, Indochirus utkalensis), pertenecientes al suborden Sarcoptiformes, familia Listrophoridae (Fig. 1). Sus representantes se caracterizan por presentar gran diformismo sexual y sus maxilas o sus patas son aplastadas, curvadas o modificadas para adherirse al pelaje (Georgi, 1974).
Fig.1 Chirodiscoides caviae (50x) |
Este hallazgo motivó a examinar muestras de pelo y escamas de cobayo procedentes de algunos laboratorios de investigación con el objeto de obtener antecedentes acerca de la frecuencia de esta infección. Los resultados fueron negativos con respecto a C. caviae, sin embargo se encontraron algunos cobayos que presentaban piojos, cuyas características morfológicas correspondieron a Gliricola porcelli, Linneaus 1758 (Patnaik, 1965; Georgi, 1974) Orden Mallophaga, suborden Amblycera (Fig. 2).
Fig. 2. Gliricola porcelli (50x) |
Ambos ectoparásitos son cosmopolitas y serían de relativa frecuencia en laboratorios que mantienen cobayos para fines de investigación. Generalmente las infestaciones son suaves y no producen lesiones en la piel (Flynn, 1973). Al respecto, Wagner y Cols. (1972) señalaron haber encontrado numerosos ácaros en una colonia de cobayos, los que a pesar de la considerable infestación, aparentemente no causaban mayores efectos adversos sobre los huéspedes. Los autores hacen ver que aunque no dañan directamente la piel, los ácaros pueden ser importantes epidemiológicamente al actuar como transmisores de microorganismos patógenos, especialmente cuando se encuentran en grandes cantidades.
En el cobayo se describen tres especies de piojos masticadores (orden Mallophaga) Gliricola porcelli, Gyropus ovallis y Trimenopon hispidum (Georgi, 1974). Su presencia puede pasar inadvertida ya que generalmente se encuentran en escaso número. Las infestaciones severas son escasas, pero estas circunstancias pueden provocar un fuerte prurito, alopecía y lesiones traumáticas especialmente detrás de las orejas (Flynn, 1973; Cuba, 1982).
El control de estos ectoparásitos se puede realizar empleando insecticidas como el malatión en solución o en polvo, piretrina en polvo al 0,2% o bien mediante exposiciones breves a vapores de diclorvos (barras), repitiendo el tratamiento 2 a 3 veces, con dos semanas de intervalo, para así lograr la destrucción de las sucesivas generaciones que nacen de los huevos (Hartness y Wagner, 1983; Canadian Council on Animal Care, 1984).
Realizando una comparación con diversos productos y formas de aplicar los insecticidas, Henderson (1973) obtuvo los resultados más prácticos y eficientes, empleando vapores de diclorvos en barra. Sin embargo, el autor advierte que debe tenerse presente el efecto tóxico como inhibidor de la colinesterasa de este producto, cuando se. emplee en cobayos que serán utilizados como modelos biológicos.
CANADIAN COUNCIL ON ANIMAL CARE Guide to the cace and use of experimental animals. Ottawa, Ontario, 1984. |
CUBA, A.C. Publicación Científica Nº 423. Manual de Patología de Animales de Laboratorio. Organización Panamericana de la Salud, 1982. |
FLYNN, R.J. Parasites of laboratory animals. Ames, Iowa State University Press, 1973. |
GEORGI, J.R. Parasitology for veterinarians. 2nd. ed. Philadelphia, Pa, W.B. Saunders Co. 1974. |
HARTNESS, J.E., J.E. WAGNER. The biology and medicine of rabbits and rodents, 2nd. ed. Lea and Febiger, Philadelphia Pa. 1983. |
HENDERSON, J.D. Treatment of cutaneous acariasis in the guinea pig. J. Am. Vét. Méd. Assoc. 163: 591592, 1975. |
PATNAIK, M.M. On the validity of Indochirus utkalensis (Listiophoridae: Acarina). J. Parasitol. 51: 310302, 1965. |
WAGNER, J.E., S. AL-RABIAL, W.R. RINGS. Chirodiscoides caviae infestation in guinea pigs. Lab. An. Sci. 22: 750-752, 1972. |